26 de septiembre de 2007

Curro digno



Este es el último de los comentarios que se me quedaron guardados desde antes del verano. El caso es que desde hace meses aparecen pintadas firmadas por la UJCE en Salamanca con textos como "Trabajo digno", "Vivienda digna" y cosas por el estilo. No estoy en contra de las propuestas, pero sí me extraña que las haga un grupo comunista. Las organizaciones de izquierda se olvidan de exigir que los medios de producción estén en manos de los trabajadores para empezar a solicitar que haya condiciones dignas de empleo, vivienda, salud... que igual podría firmar el Partido Popular sin ruborizarse. Es el signo de los tiempos, que deja de lado las revoluciones para tratar de que el sistema sea más justo, tratando de pulir sus defectos. No me quejo, pero espero que dentro de diez años las organizaciones radicales de izquierda no empiecen a pedir "IPODS para todos". No podría soportar ese nivel de pijerío, la verdad.

25 de septiembre de 2007

Capricho andaluz

En mayo voy a Barcelona a un congreso. De vuelta, como no tengo tiempo para almorzar en otro sitio, tengo que irme al Pans & Company del aeropuerto (cada vez que veo una tienda de esta cadena de bocadillos no dejo de acordarme de un amigo al que le gustaba pronunciar el nombre en catalán -"pans y cumpani"- porque, según él, la empresa era catalana). Me pido la ensalada y me encanta que, para aliñarla, me den aceite y vinagre procedente de Muñoz Vera, una empresa aceitera de Cabra, en Córdoba. De allí era la familia de mi madre. Mi abuelo fue, precisamente, encargado de un molino de aceite en ese pueblo. Quizás el aceite que me tomo en el aeropuerto esté prensado en las mismas instalaciones que mi abuelo vigilaba. Paladeo el zumo de olivas extra con efecto más balsámico que nunca mientras la ciudad se me hace más amable, más familiar, más cercana de lo que yo podría haber imaginado, gracias al almuerzo con un Capricho Andaluz de parte de mi abuelo.

Malditos cachondos


Supongo que el autor ya se habrá encargado de darle la correspondiente publicidad, pero no puedo dejar de anotar la intervención artística que alguien hizo con ocasión del derribo del Gran Hotel de Salamanca (¿fue en abril? ¿en mayo?) para sustituirlo por viviendas de lujo (que a la hora de escribir estas líneas se encuentran afectadas por la "Operación Malaya", dado que el dueño del edificio es el principal implicado). El caso es que una noche, cuando el edificio estaba a medio derruir, un artista conceptual desconocido colocó este cartel delante de la obra, sin más, y se marchó a su casa. La cosa no duró mucho, pero los pocos que pasamos por allí antes de que los encargados de la obra quitaran el cartelito por la mañana, nos echamos unas risas por el contraste entre la intervención artística frente al derribo de un edificio emblemático por mano de los intereses especuladores.