13 de diciembre de 2010

Un año con poco movimiento

Acabo de revisar este blog y he visto que este año sólo he creado ocho entradas. Poca cosa, sin duda. Y eso que varias veces he sentido el impulso de guardar mis impresiones en el blog adjuntando la correspondiente fotografía, como es costumbre. Bueno, pues a ver si ahora me desquito un poco.

Una de las cosas que han pasado ha sido el estreno de mi última película codirigida junto a Ramón Luque y en la que han participado muchos amigos, antiguos y nuevos. La rodamos en el verano de 2009. Aquí el trailer:

Trailer de Hollywood, la película from Juanjo Domínguez on Vimeo.

Hemos presentado la película a algunos concursos, entre ellos algunos internacionales (toda una tarde/noche incluida para presentarla en Sundance, aunque ya nos han dicho que no está seleccionada). De momento, se ha exhibido en los cines Verdi en proyección para el equipo y amigos y en el festival MUCES de Segovia, lo que nos permitió disfrutar a Sonia y a mí de unos días de frío, cochinillo, amistades cinematográficas y acueducto bastante agradables. La recepción de la película fue buena entre el público que llenaba la sala. Bueno, la llenaba de amor porque eran sólo 14 pero ninguno se marchó, cosa que suele ser habitual en los festivales cuando se exhiben películas independientes gratis, lo que propicia la aparición de público poco enterado que cuando ve que la peli no la entiende ni el que la ha hecho empieza a desfilar. Cuando terminó la proyección pude comprobar que la nuestra se entiende e incluso es agradable de ver, lo que ya es un alivio. No voy de director incomprensible aunque tampoco haya rodado una película para compartir público con Torrente 3D.

Más cositas… Bueno, no se me ocurren muchas más en plan acontecimiento, así que paso a las enumeraciones de actividades y situaciones que me siguen pareciendo curiosas y comentables desde algún punto de vista.

La influencia argentina o cómo no se coloca una tilde:

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No, no se trata de una foto enviada desde Buenos Aires, sino que ha sido tomada delante del escaparate de una perfumería en la Calle San Bernardo de Madrid. El que escribió la palabra sabía que por ahí debía haber una tilde pero no acertó en la letra…

Donde menos te lo esperas…

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Otro ejemplo de eslogan, como mínimo un tanto raro. ¿Dónde no esperaría encontrarme yo el virus del VIH, que es al que se refiere el cartel? Pues yo diría que en un bocata de calamares, dentro de un pendrive o en mi cámara fotográfica. Lo que desde luego no me resultaría inesperado es encontrarme una animada fiesta vírica en los fluidos que suelen acompañar los actos sexuales de hombres y mujeres. Supongo que yo peco de pesimista: para mí cualquiera puede ser portador del virus, lo que no debe de ser lo habitual puesto que ese es el eslogan. Será que la mayoría de los demás pecan de ingenuos…

En Telefónica hay mucho pijo.

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Veamos: que me quede con las vueltas. Vale, hasta ahí muy bien. No hace falta que me lo recomiende Telefónica, pero vale. Lo que ocurre es que junto a la moneda de 50 cents aparece una taza de café, lo que me lleva a pensar que estos tipos cuando se toman un café y les devuelven 50 cents lo dejan de propina. Si eso no es de pijo, ya me dirán qué puede serlo. Este tipo de publicidad me interesa porque dice mucho más de quien la pone que de a quien va dirigida y el retrato que sale no es muy bonito que digamos en estos momentos de crisis.

Gramática práctica

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Este cartelito que hay en una charcutería tipo delicatessen de la calle Arenal de Madrid me hace mucha gracia porque me recuerda esa frase que nos decían para aprender la diferencia entre homófonos ‘ahí hay un hombre que dice ay’. Y, de momento, nos quedamos aquí. Sigo con otra macroentrada en los próximos días…

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