28 de mayo de 2006

Desorden creativo


He desenterrado las espigas de desorden que había en mi salón y las he dejado acumuladas en la mesa pequeña. Ha sido cansado. He tenido que separar lo útil y lo inútil de cada uno de los rincones y eso supone tomar decisión tras decisión sobre el lugar que debe ocupar cada objeto. Al final, sobre la mesa central han quedado los restos de aquello que no tiene su sitio definido. Debo, no obstante, encontrar cuanto antes un espacio para esas plantas. De lo contrario volverán a echar raíces y terminarán por hacer que el desorden vuelva a crecer. Lo sé porque ya me ocurrió antes: la última vez que puse orden en este cuarto no me di cuenta de que dejaba, entre unos papeles que abandoné en la estantería, una semillas pequeñas pequeñas de ese desorden que hoy he tenido que volver a arrancar.

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