19 de mayo de 2011

Inteligencia, estupidez, violencia y Sol

1.Inteligencia: Estoy haciendo un curso de novela (para escribirlas, no se trata de que hagamos piruetas en mitad del patio) en la Casa Encendida con Jimina Sabadú, una escritora joven, razonable e inteligente, cualidades que no suelo encontrarme unidas muy a menudo. Sólo dura una semana pero me está sirviendo para tomar fuerzas y generar ideas alrededor de un proyecto de novela que tengo. Al terminar el curso, he devuelto llamada a Ramón para irnos a la Puerta del Sol.

2. Estupidez: Antes Sonia me ha puesto una de las conversaciones más estúpidas que he podido escuchar sobre las movilizaciones de Democracia Real Ya.



Tertulianos. La peor especie de seres entre el periodismo y la nada, que sin saber de qué hablan dicen lo que les da la gana. En este caso pagados por nuestro bolsillo. Estos dos "periodistas" (todavía lo pongo entre comillas porque creo que quedan de los de verdad, que no son así) no están más documentados sobre los fines de Democracia Real Ya que el dueño del bazar de la esquina de mi casa pero aún así se atreven a soltar opiniones de asiduo al casino del pueblo que, gracias a hacerlo desde Radio Nacional de España, escuchan millones de personas. Este tipo de individuos son los que nos obligan a seguir un curso de desactivación de explosivos ideológicos cuanto antes. Menos mal que luego hay quien pone de manifiesto su soberbia y su ignorancia. ¿Era tan difícil haber escuchado la entrevista de la noche anterior en la misma emisora con Natalia Muñoz Casayús? O algún programa de Radio 3, Hoy empieza todo, o Carne cruda, pongamos por caso, a ver si se les caía un poco de caspa y se enteraban de qué va esto.

3.Violencia. Llegamos a Sol. El ambiente es impresionante. Hace muchos años que no veía algo así. Aquello huele a gente que quiere hacer algo, cambiar las cosas. Como escuché a Natalia tengo clara cuál es la reivindicación principal de este movimiento no violento y completamente razonable pero una vez en la plaza me encuentro con los mismos de siempre que quieren rentabilizar las movilizaciones y que están a años luz del concepto 'democracia'. Dos perlas: un cartel muestra un verdugo accionando una guillotina que corta la cabeza a una persona con la leyenda 'palestino' (si, yo también alucino) en el caso del verdugo y 'Botín' en el caso del decapitado. Como la pena de muerte me da asco, decido que el cartel me da asco también por muy poca simpatía que yo sienta por Botín. La segunda perla: pasa un grupo de chicos repartiendo fotocopias. Tomamos una de ellas. Leo lo que dice el papelito. Se habla de destruir el sistema, de atacar bancos, comercios y, esto ya lo supongo yo, de destruir la civilización occidental e irnos al campo a cultivar cebollinos y beber leche de cabra mientras practicamos el amor libre y la fraternidad universal. Eso los que sobrevivan, pero como soy un tipo suspicaz temo que los que pretenden que queden vivos son ellos y sus amiguetes. Tampoco me hace gracia eso. Me suena que hubo un señor hace unos años en nuestro país que pensaba igual. Lo malo es que estaba en la cúspide del poder. Ahora no es el caso, por suerte.



4.Sol. Casi a la vez, se levanta un grupo de jóvenes que está al lado con reivindicaciones no violentas y respetuosas con todos los seres humanos, sean cuales sean sus ideas, incluso Botín y todos aquellos a los que queramos considerar causantes de nuestra desgracia actual, que me permitiréis que yo sitúe en algún paraíso fiscal, lejos de nuestras fronteras mientras se ríen de nuestras movilizaciones y de todos los títeres contra quienes cargamos mientras ellos se dan la vida padre. Da igual. Si prospera lo que hay de fondo en esta movilización les esperan tiempos no tan buenos (no me hago demasiadas ilusiones, igual pierden unos cuantos millones pero no dejarán de ser quien son). Lo importante es que los jóvenes que se levantan con esos carteles improvisados en fotocopias quieren tener un futuro para poder vivir mejor que sus padres y ser todo lo felices que puedan, siendo también lo más solidarios posible con quienes no tienen lo mismo que ellos. Quieren tener la posibilidad de jubilarse a una edad razonable con una pensión suficiente. Quieren poder tener hijos y darles una buena educación y tener una buena sanidad pagadas con sus impuestos y gestionada por el estado. Quieren una vivienda digna, un trabajo digno. No llevan escritas palabras altisonantes en sus carteles para adjetivar sus reivindicaciones ni pretenden que nadie vaya a la hoguera, a la horca o al paredón. Simplemente quieren más democracia y quien quiere más democracia no puede ser acusado de querer destruir el estado, de querer vivir del cuento o de ser un insolidario. Quieren, en definitiva, que se cumpla la Constitución, que dice en su artículo primero:

España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.

Yo que, gracias a la indefinición de la palabra, que no a mi falta de pelo, puedo llamarme joven, tal vez quiera eso mismo o algo parecido (a estas alturas me conformo con menos, por una cuestión de austeridad, pero defiendo al que lo quiere todo). En cualquier caso, no creo que quienes están en sol pidan nada desorbitado. Sólo defienden lo social, lo democrático, el Derecho, la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. De momento, yo propongo que empecemos por lo último, que parece lo más sencillo (aunque no lo sea): reformemos la ley electoral y dejemos que el plurarismo político deje de ser una parodia bipartidista. Y que empiece a salir el sol.

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