28 de mayo de 2006

Pan para pájaros

Vivo cerca de los pájaros. Por eso sé que las golondrinas dan vueltas y vueltas toda la mañana, lo más seguro es que alimentándose de las móscas que ahora son tan abundantes. De cuando en cuando alguna cigüeña cruza también el cielo. Los gorriones y esos pájaros negros de los que no conozco el nombre (tal vez debería preguntar a alguien de aquí) aparecen en cualquier momento. De hecho, he puesto un poco de pan en el alféizar para que coman. Los gorriones vienen y suelen quedarse unos instantes, hasta que se dan cuenta de que yo estoy ahí, detrás de la ventana, observándolos. Entonces toman con el pico un trozo pequeño de pan y salen volando. Los pájaros negros (definitivamente tengo que preguntarle a alguien el nombre) son mucho más desconfiados. A veces se posan sobre las tejas y se van acercando poco a poco a la ventana pero si notan el más leve movimiento se marchan. Alguno, sin embargo, ha sido capaz de llegar volando hasta tomar un trozo de pan más o menos grande y, sin pararse, llevárselo rápidamente. Me pregunto si los pájaros tendrán memoria, si recordarán el lugar de donde se llevan el pan para volver al día siguiente. En cualquier caso estoy seguro de que si un día dejo de poner la correspondiente ración de migas en mi ventana, no aparecerán picoteando los cristales exigiendo que coloque, como cada mañana, los restos de pan del día anterior para que ellos, pájaros de costumbres, no vean destrozada su rutina; ni se sentirán tristes y desgraciados porque no encuentran el pan que un día tras otro les dio la providencia. Lo más probable es que vuelen a buscar otros alféizares donde alguien, seguro, ha puesto un poco de pan para los pájaros.

1 comentario:

yomismo dijo...

Qué reflexión más bonita a partir de un hecho tan cotidiano!